
Vamos que nos vamos, que sale el barco, este sí, este nooo... Al final



Se

En esta ocasión es Marc quien sorprende a aquellas compañeras que en el trabajo no tienen mucho trato con él. Hay que ver que bien cuida a las niñas. Atento a que ninguna se quede rezagada, ni que se salga demasiado del arcén. Sí, señor todo un caballero.
La plácida carrera se convierte en un triatlón y tenemos que subir una cuestecilla de un vertedero con la bici a cuestas. Prueba superada. Caminito de tierra y llegamos a la playa de arena blanca y aguas transparentes. Marc vuelve a ayudarnos con el aparcamiento de las bicis. Bienn Marc! En el trayecto Uxu también demuestra su generosidad y me deja sus gafas que ya tenía los ojillos moraos de tanto soleil.
Vamos a la bús

Salimos a la arena y la Towers se ofrece a los

Nos volvemos a



Cuando todavía


Llegó la hora de la comi

Unos minutillos de descanso y de nuevo a nuestros vehículos. El tranquilo paseo de la ida se convierte en una auténtica carrera de puras sangre, con adelantamientos, frenazos, derrapes y sin faltar de nuevo los silbidos de verano azul.
Llegamos

El regreso, más pausado, fotográficamente hablando, y es que las sesiones maratonianas de bici, poses, aerobic y mercadillos... dejan huella.
A la llegada, el grupo se divide en dos. Unos regresan al hotel y otros nos quedamos a ibicear. A Xavi le perdemos en la primera tienda que encontramos, con dependienta estupenda incluida. Quedamos a las 8,30 pm en esa tienda por si nos perdemos. El resto del grupo nos adentramos en la parte antigua de la ciudad al son de los clicks clicks de nuestras cámaras. Subimos escaleras, posamos, entramos a tiendas, posamos, callejeamos, posamos... 300 fotos después nos encontramos a un artista con su guitarra y ahí que le acompañamos con nuestros cánticos. Unos transeúntes nos aplauden y todo. Seguimos como japonesas histéricas y nuestras cámaras echan humo. Llegamos al punto de encuentro y de nuevo al paraíso.
Los ocupantes del lugar donde nos alojamos han rezado, puesto velas y hasta hecho vudú para que el grupo de zumbados que les dio la noche con sus cánticos haya decidido disfrutar de la noche ibicenca fuera de estas instalaciones: sus plegarias han sido atendidas y el tranquilo y misterioso grupo de mujeres y tres varones que descansa relajadamente del trabajo les dejará tranquilos hoy. Ibiza prepárate, que esta noche serás nuestra.
En el próximo capítulo: cómo romperte el sacro, la pelvis, hacer ventosa en el suelo… y salir airosa de la situación.